Luisa nunca se aparta de su estética, profundamente arraigada en su estilo de vida, y su autenticidad es una receta para la longevidad. No hay nada en lo que ella y su hija Lucilla hagan que no se alinee con el arraigado sentido de la belleza compartido por su círculo de amigos y clientes.

Sus creaciones son seductoras por su gracia atemporal, que no se doblega a las tendencias; envejecen muy bien en un armario.

Si te ves a ti mismo como una ninfa encantadora envuelta en vestidos etéreos, ligeros como un susurro, sin importar tu fecha de nacimiento, las Beccarias te tienen adicto a su poción mágica de por vida.

Por Tiziana Cardini VOGUE.ES